El 79% de los franceses han creído alguna vez en una teoría del complot. Siendo Francia un país más bien descreído, se podría extrapolar el porcentaje al mundo entero. En América, Trump llegó al poder aupado por delirios que él mismo alimentaba. Su primer año ha sido tan lamentable como se preveía (desmontaje del Obamacare, cierre de fronteras y expulsión de los dreamers, 2.000 tuits llenos de falsedades). Pero la cruda realidad de este milenarismo nacionalista es que el Dow Jones bate récords, Apple repatría 250.000 millones para acogerse a la nueva fiscalidad y anuncia 20.000 puestos de trabajo, y el dólar está que se sale. Trump disfruta además de buena salud física. La mental, visto lo visto, da igual. Con un par de complots sacados de la manga podría renovar sin despeinarse.