EDITORIAL

El 'derecho a decidir' de Podemos agrieta España

La euforia se ha instalado en Unidos Podemos, la coalición de izquierdas que lidera Pablo Iglesias, por las buenas previsiones electorales que les auguran las encuestas. Sin embargo, lejos de provocarles un mínimo sentido de la responsabilidad el importante papel político que presumiblemente les corresponderá en el Parlamento que salga de las urnas el 26-J, los dirigentes de Podemos acentúan su perfil más populista y agitan el discurso más insensato político y económico.

Si en la presentación de su programa, días atrás, camuflaban tras el trampantojo de un catálogo de Ikea medidas disparatadas que tendrían un coste mínimo de 60.000 millones más de gasto público y el incumplimiento de los objetivos de déficit pactados con Bruselas -lo que nos situaría directamente en un escenario de bancarrota-, ayer Iglesias y los suyos fueron todo lo más lejos que se puede ir en la locura de prometer que si llegan al Gobierno facilitarán un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

No son cuestiones baladíes. Todo lo contrario. Tanto el propósito de dinamitar las bases de la recuperación económica, cuando España aún está apenas saliendo de la peor crisis en décadas, como -todavía más grave- la irreflexiva defensa de los supuestos "derechos nacionales catalanes" en contra del marco constitucional vigente, son cuestiones muy delicadas. Y, dado que los sondeos apuntan a que Unidos Podemos está en disposición de convertirse en la segunda fuerza política de nuestro país, es innegable que estamos ante un grave problema político.

En el mitin de ayer en Barcelona, Pablo Iglesias volvió a retorcer de forma perversa el lenguaje. "Vamos a respetar vuestro derecho a decidir porque somos demócratas. Queremos que en Cataluña haya un referéndum y que los catalanes y catalanas decidan su futuro", espetó a los congregados. La verdad es justo la contraria. Demócratas son quienes respetan las normas de la democracia;no quienes se las saltan a su conveniencia. Y las reglas, ésas que nos damos y cambiamos -llegado el caso- entre todos -no sólo unos pocos en nombre de los demás-, son muy claras.

Ni en España ni en ningún país democrático del mundo existe tal derecho de autodeterminación en una de sus regiones. Como politólogos que son casi todos los miembros de la cúpula de Podemos, deberían saber que ese derecho sólo está consagrado para territorios en proceso de descolonización, conforme a las convenciones de Naciones Unidas. No es desde luego el caso de Cataluña, que goza de un sistema de libertades democráticas plenas y no es colonia de ningún imperio. E igualmente tramposas resultan las apelaciones a las consultas en lugares como el Quebec canadiense o Escocia, no sólo por las diferencias de calado histórico, sino porque esos procesos siempre han sido reglados desde los parlamentos nacionales. En Cataluña, en cambio, quienes hoy pretenden la independencia aspiran a una ruptura ilegal y unilateral, al margen del marco general español.

Es tan triste como peligroso que, con tal de llenar la cesta de votos en determinadas comunidades autónomas, Podemos contribuya a recrudecer el mayor desafío político que enfrenta hoy nuestro país. Y eso que aspiran nada menos que a gobernar España. Curiosa meta cuando ni siquiera creen en la soberanía nacional y, en cambio, defienden soberanías cuarteadas como las de los antiguos reinos de taifas, tal como dejó claro ayer en el mismo mitin la alcaldesa Ada Colau, quien hizo una encendida defensa a ejercer "la soberanía" por parte de la nación catalana.

Y como muestra de que vivimos en el mundo al revés, casi a la misma hora varios radicales de la CUP -la formación anticapitalista y antisistema que permitió la investidura del president Puigdemont- intentaron ayer boicotear otro mitin en la Ciudad Condal, en este caso de Albert Rivera, líder de Ciudadanos. Al grito de "¡Independencia!" y lanzando papeletas en las que se insta a "romper España", el grupo de escracheadores violentos demostró una vez más cómo se han radicalizado los intolerantes que pretenden construir una República catalana excluyente, por las vías que sean. Son los mismos totalitarios que no dudan en agredir a jóvenes por llevar camisetas de apoyo a la selección española, como hemos visto estos días.

El drama es que se haya llegado a este escenario de radicalización y sinsentido y que una formación como Podemos, en vez de empezar a articular un discurso con un mínimo de sentido de Estado, contribuya a echar más leña al fuego.

10 Comentarios

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@manhuel #7 Baja ese 80% al real 55-60% como mucho; pero aún en el caso de que fuera inteligente la teoría, de ese 100% de gente que quiere el referendum cuantos votan ya a ERC, CDC y CUP? El 95%? Y para el 5% que queda, que son 5, 10 mil votos?, que quieren refernedum ni siquiera la independencia, estos linces quieren poner a toda toda España en jaque, incluidos los catalanes no independentistas que no pasarían por un referendum sino por un pucherazo del nacionalismo?

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@manhuel #7 Supongo que en caso de Cataluña se independizase, ese 80% de catalanes permitiría después a Barcelona capital, a los pueblos del cinturón industrial de la capital, o a la provincia de Tarragona realizar un referéndum para independizarse de la propia Cataluña o para reunirse de nuevo con España. Porque eso es la democracia que plantean.

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Situacio. parecida habia en 1936, y aparecio Franco. Para evitarlo, deben los Partidos españoles enfocar al verdadero ENEMIGO y hacer frente unidos, al secesionismo y sus aliados, el populismo, y el comunismo. Oyeron, Pedro Sánchez y demas jefes del PSOE?

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El problema es que en Cataluña el 80% o más de la gente está por hacer el referendum, y por tanto, si se quiere sacar votos allí eso no se puede ignorar, nos guste o no.

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Gracias al P.P. y al P.S.O.E. estamos en trance de ser una dictadura del proletariado, con lo que históricamente eso supone. Es muy cómodo ser político profesional. Se vive bien y se trepa mejor. Y solo a cambio de dar al pueblo lo que quiere, pagándolo él, ojo. Panem et circus. Pero solo lo que quiere, no algo que le moleste, no vaya a ser que no me vote. Que manden hacer un tren inútil o una carretera con un sobrecosto del 300% está muy mal, pero hacer creer al pueblo que está bien formado cuando solo son técnicamente eficaces pero con una formación fragmentada, de manera que no sean capaces de discriminar lo bueno de lo malo: eso es letal para la sociedad. Permite tener súbditos a los que fácilmente se les conduce por donde interesa al conductor. Y por eso estamos aqui. Somos tan fáciles de conducir y tan imposible que aceptemos sacrificios, no entendemos porque habríamos de sacrificarnos, que cualquier encantador de serpientes nos lleva al huerto, esperando la crucifixión.

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Nos hemos aborregado los que nos sentimos españoles?,parece que si,como vamos a creer a un partido que pretende gobernar España,pero que abiertamente nos está diciendo que va a dar unos privilegios a una arte de ella?con mi voto NO

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Esperar de Podemos sentido de Estado es como esperar que las ranas críen pelo. Lo mismo que esperarlo de Rajoy y Snchz.

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Luego aparecen los santurrones en diferentes medios aseverando que hablar de políticas guerracivilistas por parte de Podemos es descabellado, un vulgar y ruin intento de trivializar lo que representa Pablo Iglesias y su tropa; en suma, una argucia más de Moncloa y los poderes establecidos para hacer desaparecer bajo dos metros de tierra la 'nueva' política. Hay que frenar en seco el avance del totalitarismo. En Perú, la coherencia y la generosidad democrática de la izquierda ha hecho posible que los herederos de Fujimori no consiguiesen el poder, y gracias a la unidad, la derecha democrática puede hoy cantar victoria. ¿Se puede esperar algo así en España? El PSOE, que engordó a la bestia, tiene la última palabra. Y el PP, siendo generoso en la refundación.

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Es responsabilidad de los dos grandes partidos el haber creado este monstruo. Podemos no tiene escrúpulos para autodefinirse como comunista, nacionalista, demócrata, social demócrata, neoliberal, ni de derechas ni de izquierdas y cuantos adjetivos más queramos escribir: es decir, el populismo con mayúsculas, recoger votos de la desencantada gente que pasa por malos momentos. Sánchez es menos ambiguo, pero eso al PSOE sí le pasa factura. Iglesias puede hablar y prometer lo que quiera, hoy negro mañana blanco, que ya tiene el saco lleno de votos.

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Y concretando con el derecho a decidir en Cataluña. Iglesias debería explicar en el resto de España por qué para ellos hay gente de 1ª y , de 2ª y de 3ª. Un comunista no debería pensar así: comunismo y nacionalismo son conceptos antónimos. Y fuere cual fuere el resultado del hipotético referéndum, qué hará Podemos con los que pierdan. Si son los no nacionalistas, cómo defenderá sus derechos. Y si pierden los separatistas... ¿pensará ingenuamente que ahí terminarán sus chantajes? Claro que no.