El ascenso de la ultraderecha es evitable

Las elecciones regionales del domingo en Emilia-Romaña y Calabria eran decisivas para la estabilidad del Gobierno de Italia y relevantes para Europa, que formaliza este viernes el Brexit y observa con cierto pesimismo el auge de los populismos y la ultraderecha, como si el Viejo Continente estuviese condenado a repetir los errores que lo llevaron a las grandes tragedias del siglo XX. ¿Es inevitable el ascenso de los movimientos antieuropeístas, xenófobos o ultranacionalistas? Si miramos el veredicto de las urnas en dos regiones dispares pero totémicas en Italia, la respuesta, la feliz respuesta, es no. No y no. Italia en particular y Europa en general disponen de suficiente energía, moderación y memoria para frenar en las urnas a partidos que se alejan de los valores democráticos y se muestran encantados de agravar los problemas sociales, despellejar a los inmigrantes –a pesar de que son imprescindibles para garantizar la viabilidad de los sistemas de pensiones– y cultivar amistades exteriores peligrosas.

El líder de la Liga, Matteo Salvini, es el gran derrotado de unos comicios locales que fue precisamente él quien se encargó de elevar a la categoría de plebiscito sobre la coalición que gobierna Italia. A pesar de que la región de Emilia-Romaña es un feudo histórico de la izquierda, Salvini se envalentonó y forzó una apuesta que los resultados electorales han dejado en evidencia. El problema para Salvini es que comete un segundo error estratégico en poco tiempo. Convencido de que su salida del gobierno de coalición el pasado agosto forzaría la convocatoria anticipada de elecciones –en las que ya se veía ganador y en consecuencia primer ministro–, Salvini perdió de vista la sofisticación política de Italia, su país. Contra pronóstico, el Partido Demócrata (centroizquierda) fraguó una alianza con el Movimiento 5 Estrellas –pese al antagonismo–, entre otros, que tiene cinco meses y sale reforzado tras la debacle electoral del Movimiento 5 Estrellas (3,5% de los votos en Emilia-Romaña), lo que induce a pensar que los grillini moderarán sus aspavientos y las salidas de tono. Las posibilidades de una crisis de gobierno a corto plazo son ahora más remotas, y así lo percibieron ayer los mercados.

El voto regional debilita el liderazgo mesiánico de Salvini, que encadena ya dos errores estratégicos

Salvini se quedó fuera del gobierno el verano pasado y ahora acaba de perder una elección regional después de ocho victorias consecutivas desde el 2018. El aura de invencibilidad de Matteo Salvini brilla menos que ayer y eso suele repercutir mucho en liderazgos mesiánicos como el suyo. Mientras el Movimiento 5 Estrellas es el otro gran perdedor, la fuerza emergente en Italia –¡buenas noticias para la UE!– se llama Partido Demócrata, que ha resurgido de las cenizas de las generales del 2018 y de dos escisiones subsiguientes. Europa más que nunca necesita una Italia centrada.

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