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La OMS, en la diana de EEUU

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El presidente de EEUU, Donald Trump. El presidente de EEUU, Donald Trump. EFE

En plena emergencia mundial, Donald Trump ha anunciado que congelará la entrega de fondos a la Organización Mundial de la Salud, que suponen más del 25% del presupuesto de la institución. Ya hemos defendido en esta página que la OMS, como cualquier organismo al servicio del ciudadano, debe ser sometida a fiscalización y crítica. Y los porqués están muy claros: desde su sesgo a la hora de informar de China al inicio de la pandemia hasta las gravosas contradicciones en las que ha caído con sus protocolos y recomendaciones sanitarias. Su gestión ha dejado bastante que desear y por ello deberán depurarse responsabilidades llegado el momento. Sin embargo, no se debe obviar que el desorbitado movimiento de Trump es una cortina de humo de inequívocos tintes populistas -el señalamiento de un chivo expiatorio exterior- tras la que esconder su tardía e improvisada gestión de la crisis.

Baste recordar que el presidente de EEUU, que cuenta ya más de 25.500 fallecidos por el coronavirus y casi 600.000 contagiados, incluso llegó a elogiar en numerosas ocasiones cómo las autoridades de Pekín habían reaccionado a la pandemia: "China ha estado trabajando muy duro (...) EEUU agradece su transparencia (...) Gracias", tuiteó el 24 de enero. El propio Trump fue uno de los demasiados dirigentes que se mofaron del impacto del virus, asegurando el 28 de febrero que se trataba de un "bulo republicano". No reaccionó con diligencia ni presteza y ahora EEUU sufre gravísimas consecuencias que podrían ser peores si no fuera por las medidas que tomaron ciertos gobernadores. El populismo es el mejor aliado de la pandemia.

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