Un obús contra la crisis

Un obús contra la crisis
Jordi Juan Director de La Vanguardia

El Banco Central Europeo no se conformó ayer con sacar un bazuca para regar de dinero los mercados monetarios, sino que se armó con un obús de gran calibre para invertirlo en compra de deuda. A los 750.000 millones de euros aprobados en marzo pasado se sumaron ayer otros 600.000 millones, superando todas las expectativas. Nadie esperaba tamaña inyección de dinero para socorrer a unas economías que han caído en picado por culpa de la Covid-19.

El paso adelante del BCE es una muy buena noticia que confirma que los organismos europeos se han olvidado de la política de austeridad practicada en la crisis del 2008 y optan ahora por que el dinero fluya rápido y en abundancia. Por muy escépticos que queramos ser sobre la letra pequeña de este tipo de acuerdos y su plasmación definitiva, es evidente que se ve una determinación por parte del BCE que invita a un relativo optimismo. Las bolsas están cerca de recuperar los índices que tenían antes de la pandemia. Por si esto no fuera suficiente, no está de más recordar que la todopoderosa presidenta del BCE, Christine Lagarde, no dudó en decir esa frase que tanto gusta escuchar: “Hemos tocado fondo en mayo y a partir de ahora se inicia la recuperación”. Es cierto que Lagarde la definió como “tibia”, pero pensar que ya no estamos en el punto más bajo de la crisis es para destacarlo. A partir de ahora, solo toca subir.

Lo que es importante, llegados a este punto, es saber cómo los distintos países de la UE van a distribuir este chorro de dinero. En la misma línea que el BCE, el Gobierno alemán ha roto la hucha de sus ahorros de estos últimos años y anunció ayer un potente programa de 130.000 millones de euros para estimular su economía. Italia y Francia ya han dado muestras de que están dispuestas a tirar la casa por la ventana. ¿Qué va a pasar en España? Esta es la pregunta que inquieta hoy a toda la ciudadanía. Sería conveniente hacer un debate serio, sereno y no partidista, sobre el destino que se tiene que dar a todo este dinero. Las medidas del BCE confirman también la gravedad de la situación. Pero parece que la única preocupación que existe en España gira en torno a la destitución de un mando de la Guardia Civil o la asistencia a la manifestación feminista del 8-M. Tenemos un problema.

Cargando siguiente contenido...