El impacto económico y social de la guerra de Ucrania iniciada por Rusia está sujeto a una gran incertidumbre derivada de la duración y eventual extensión del conflicto. El riesgo es máximo. En cualquier caso las consecuencias serán indeseables para todos pero especialmente para el país agredido y para la propia Rusia, a causa de las importantes restricciones financieras y comerciales que Estados Unidos y la Unión Europea ya han anunciado. La dureza de las sanciones debería servir para que el presidente Vladímir Putin y el resto de mandatarios rusos comprendan que, en el mundo actual, Rusia no puede volver a ser grande ni progresar, como pretenden, si no es en el marco de una colaboración política, económica, comercial y financiera con Occidente.
Para España, la UE y el resto del mundo la guerra entre Rusia y Ucrania abre una etapa de profunda inestabilidad que suscitará desconfianza, miedo y el consiguiente frenazo del consumo y de las inversiones, lo que puede truncar la actual reactivación económica. Así lo advirtió también el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El impacto del conflicto dispara el precio del petróleo y hace caer las bolsas de todo el mundo
Los nuevos problemas en las cadenas de suministros y, sobre todo, el disparo de los precios energéticos, de las materias primas y de algunos alimentos, como el trigo, contribuirán asimismo a incrementar notablemente una inflación que ya es muy elevada, tanto en Estados Unidos como en Europa. El petróleo subió ayer por encima de los cien dólares el barril por primera vez en siete años, al igual que se disparó el gas natural. Rusia es uno de los grandes productores de crudo y de gas natural mientras Ucrania es una importante vía de transporte energético. Sería difícil que el resto de los países productores pudieran compensar el petróleo y el gas ruso si se llegase a suspender su suministro. Lo mismo sucede con otras materias primas como el aluminio, el níquel o el titanio, así como con el trigo, del que ambos países son también grandes productores. El precio internacional de los cereales también alcanzó ayer niveles récord.
Los ciudadanos deben prepararse para aguantar y resistir este primer gran impacto económico del conflicto armado, como ya advirtió ayer el presidente español, Pedro Sánchez. Las exportaciones europeas y españolas a Rusia sufrirán, asimismo, un duro golpe.
Las bolsas europeas, pese a que ya habían descontado en días previos al agravamiento del conflicto, registraron ayer elevadas pérdidas, cercanas al 4%, en una de las peores sesiones desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020. Pero las bolsas rusas se hundieron un brutal 30%, en lo que fue la más contundente confirmación del histórico error que ha cometido Vladímir Putin.